La inspiracion para escribir este libro surgio de un sermon que el Senor me dio unos anos atras. Muchas personas me han comentado acerca del impacto que estos pensamientos han ejercido en su relacion con Dios. La mayoria me dijo lo mismo: "e;Pastor, ahora entiendo que no tengo que luchar con mis propias fuerzas para cumplir el proposito de Dios para mi vida"e;. Debo mucho de lo que he aprendido en el ministerio a la iglesia que fund y serv durante 22 aos en Puerto Rico. Ese fue mi terreno de entrenamiento en el servicio al Seor. Sufr muchos retos espirituales y emocionales all: aprender espaol, adaptarme a una cultura distinta que todava hoy est arraigada profundamente en mi alma y construir una iglesia que se relacion conmigo por muchos aos por medio de intrpretes que estaban constantemente a mi lado. Mi esposa Jill y yo entrenamos misioneros y viajamos a distintos pases estableciendo nuevas congregaciones a la vez que ramos pastores de una iglesia en crecimiento en el centro de la isla en una ciudad llamada Manat. Como muchos pastores jvenes, anhelaba tener xito y trabaj incesantemente para levantar una iglesia exitosa. Aunque Dios es bueno y bendice nuestras labores por el bien de Su pueblo, tuve que aprender una leccin primordial: distinguir la diferencia entre el fruto de mis propias labores y el fruto de lo que Dios haba hecho a travs de m. En 1990, desarroll callos en mis cuerdas vocales y tuve que someterme a una operacin. Mi voz fuerte y de tonalidad agradable (de acuerdo al comentario de una seora muy amable) de repente se torn en un impedimento vergonzoso, y se puso ronca y chillona. Mi recuperacin tom 7 aos y todava hoy (catorce aos despus, al momento de escribir este libro) tengo que lidiar con la potencia y tonalidad de mi voz. Mi ministerio casi se detuvo y me preocupaba tener que retirarme. Mi voz era mi vida! Cmo iba a predicar? Cmo iba a aconsejar a los creyentes como de costumbre?Aunque me senta avergonzado por mi voz, segu levantndome cada domingo para predicar. Los aos subsiguientes han resultado ser una experiencia agridulce; me causaba gran tensin hablar - los dolores de cabeza y la tensin muscular se convirtieron en mi lucha diaria - pero Dios bendijo aquellos sermones y mi congregacin creci ms durante los aos en que casi no poda hablar que en aquellos en que tena la voz perfecta. Un buen predicador puede destacar un punto por medio de su vocalizacin. Yo era bueno en eso. Aprend que poda motivar a las personas (y tambin despertarlas) dependiendo de la manera en que hablara. Eso fue antes de que desarrollara mi impedimento vocal - despus estaba a merced de la misericordia de Dios Si l no hablaba a travs de m, entonces s que mi ministerio habra terminado. No me tom mucho tiempo darme cuenta que el Espritu Santo no est limitado por nuestras debilidades. Fue durante esos aos que comenc a entender que tena que descansar en el propsito de Dios y depender menos en mi propia fuerza y habilidades. Mi texto para este libro es Isaas 33:20-21. Acompame en un viaje. Mi oracin es que puedas comprender el concepto de descansar en lo que Dios quiere hacer contigo y as luchar menos con lo que t quiere hacer para Dios.

La inspiracion para escribir este libro surgio de un sermon que el Senor me dio unos anos atras. Muchas personas me han comentado acerca del impacto que estos pensamientos han ejercido en su relacion con Dios. La mayoria me dijo lo mismo: "e;Pastor, ahora entiendo que no tengo que luchar con mis propias fuerzas para cumplir el proposito de Dios para mi vida"e;. Debo mucho de lo que he aprendido en el ministerio a la iglesia que fund y serv durante 22 aos en Puerto Rico. Ese fue mi terreno de entrenamiento en el servicio al Seor. Sufr muchos retos espirituales y emocionales all: aprender espaol, adaptarme a una cultura distinta que todava hoy est arraigada profundamente en mi alma y construir una iglesia que se relacion conmigo por muchos aos por medio de intrpretes que estaban constantemente a mi lado. Mi esposa Jill y yo entrenamos misioneros y viajamos a distintos pases estableciendo nuevas congregaciones a la vez que ramos pastores de una iglesia en crecimiento en el centro de la isla en una ciudad llamada Manat. Como muchos pastores jvenes, anhelaba tener xito y trabaj incesantemente para levantar una iglesia exitosa. Aunque Dios es bueno y bendice nuestras labores por el bien de Su pueblo, tuve que aprender una leccin primordial: distinguir la diferencia entre el fruto de mis propias labores y el fruto de lo que Dios haba hecho a travs de m. En 1990, desarroll callos en mis cuerdas vocales y tuve que someterme a una operacin. Mi voz fuerte y de tonalidad agradable (de acuerdo al comentario de una seora muy amable) de repente se torn en un impedimento vergonzoso, y se puso ronca y chillona. Mi recuperacin tom 7 aos y todava hoy (catorce aos despus, al momento de escribir este libro) tengo que lidiar con la potencia y tonalidad de mi voz. Mi ministerio casi se detuvo y me preocupaba tener que retirarme. Mi voz era mi vida! Cmo iba a predicar? Cmo iba a aconsejar a los creyentes como de costumbre?Aunque me senta avergonzado por mi voz, segu levantndome cada domingo para predicar. Los aos subsiguientes han resultado ser una experiencia agridulce; me causaba gran tensin hablar - los dolores de cabeza y la tensin muscular se convirtieron en mi lucha diaria - pero Dios bendijo aquellos sermones y mi congregacin creci ms durante los aos en que casi no poda hablar que en aquellos en que tena la voz perfecta. Un buen predicador puede destacar un punto por medio de su vocalizacin. Yo era bueno en eso. Aprend que poda motivar a las personas (y tambin despertarlas) dependiendo de la manera en que hablara. Eso fue antes de que desarrollara mi impedimento vocal - despus estaba a merced de la misericordia de Dios Si l no hablaba a travs de m, entonces s que mi ministerio habra terminado. No me tom mucho tiempo darme cuenta que el Espritu Santo no est limitado por nuestras debilidades. Fue durante esos aos que comenc a entender que tena que descansar en el propsito de Dios y depender menos en mi propia fuerza y habilidades. Mi texto para este libro es Isaas 33:20-21. Acompame en un viaje. Mi oracin es que puedas comprender el concepto de descansar en lo que Dios quiere hacer contigo y as luchar menos con lo que t quiere hacer para Dios.