Una de las principales características de este Via Crucis es el toque “Mariano” que resalta en cada una de sus páginas. Newman muestra con muchísimo acierto la íntima relación entre Madre e Hijo, especialmente en el momento culminante, tal como había escrito él mismo en una nota para colocar debajo de un cuadro de nuestra Señora: “santo el vientre que le llevó, y santos los pechos que lo amamantaron, pero más santo aun el corazón real que en su pasión se desangró”. En las páginas del Via Crucis que aquí les ofreceos vemos plasmada esa viva conciencia que san John Henry tenía respecto a la especialísima participación de la Bienaventurada Virgen María en el plano de la redención y, por lo mismo, su aguda percepción respecto a la importancia de la vocación y misión de la mujer en el mundo y en la Iglesia.
En la presente traducción han colaborado los jóvenes universitarios de la Newman house de México, cuyas valiosas observaciones y sugerencias hemos tomado en cuenta y a quienes manifestamos nuestra gratitud.