Pensamos también de modo particular en las niñas y jóvenes. Y en la importancia de que tengan modelos, referentes y apoyo a fin de que puedan vivir en plenitud los mejores años de su vida, aprovechando esa etapa maravillosa de la juventud, puerta de entrada a una vida lograda. Todo eso dependerá naturalmente de la actitud que asuman ahora en casa, en la escuela, entre amigos y en los demás escenarios en donde se realiza su vida cotidiana. Ahora es el tiempo de la siembra y al final recogerán a manos llenas los frutos que con dedicación hayan cultivado. Esperamos que sepan hacer de la virtud, la generosidad, la donación, el esfuerzo y la entrega, el camino de su vida; en ese caso los frutos serán alegría, amor, una gran plenitud y fecundidad. La felicidad será el salario de aquellas que apuesten por la entrega como estilo de vida, la tristeza lo será de quien haya elegido el camino de la mediocridad.